A tan solo 10 kilómetros el uno del otro, Benidorm y Villajoyosa son dos municipios alicantinos caracterizados por un especial microclima, de dulces y templados inviernos y de veranos atemperados por la brisa marina, que permiten el disfrute de una naturaleza que se ha combinado con el surgimiento de modernos y cómodos núcleos urbanos.
Todos hemos oído hablar Benidorm por ser uno de los destinos turísticos más importantes y conocidos de todo el Mediterráneo gracias a sus playas y su vida nocturna. Llega incluso a alcanzar los 400.000 habitantes en verano.
Benidorm está rodeado de montañas y cuenta con tres playas dotadas de bandera azul, la máxima distinción que otorga la Unión Europea. Estas tres playas son: Levante, Poniente y Mal Pas, a las que se suma la pequeña cala del Tío Chimo.
Como lugares de interés podemos destacar la Torre Punta del Cavall, declarada Bien de Interés Cultural e incluida dentro del Parque Natural de la Sierra Helada; el Tossal de la Cala, un asentamiento del ibérico tardío enmarcado como un punto de intercambio comercial y un desembarcadero usado desde épocas muy antiguas; el Mirador de la Punta del Canfali; la Iglesia de San Jaime y Santa Ana, situada en el cerro Canfali; la Isla de Benidorm (Isla de los Periodistas), que forma parte del encuadre paisajístico propio de la bahía de Benidorm quedando equidistante entre las dos playas que delimitan la costa de la ciudad; la Isla Mitjana; l
Villajoyosa nos ofrece el mismo clima, ambiente turístico y actividades que Benidorm. Tiene playas para elegir: Playa Paraíso, El Bol Nuevo, La Caleta, Playa Centro, Rincón del Conill, Playa del Torres, Playa Estudiantes, Playa del Varadero, Playa del Tío Roig, Playa del Esparelló, Playa del Charco y Puntes del Moro.